Pasan los años y cambian las tendencias gastronómicas, pero ciertas fórmulas permanecen inalterables en la memoria colectiva, especialmente cuando se acercan las celebraciones. El matambre arrollado es, sin duda, uno de esos clásicos que resiste el paso del tiempo. Aunque hoy en día es posible comprarlo ya hecho, prepararlo en casa sigue siendo un ritual culinario que exige paciencia, pues la clave del éxito radica en comenzar un día antes para que la carne absorba correctamente los sabores.
El arte de la preparación tradicional
Para quienes deciden aventurarse en esta receta, el proceso inicia con una pieza de aproximadamente kilo y cuarto de carne desgrasada. El secreto está en el adobo: una mezcla potente de vinagre blanco, aceite, perejil, ajo, y especias como tomillo, orégano y un toque picante. Tras sumergir la carne en este preparado, es fundamental dejarla reposar en la nevera durante 24 horas.
El armado requiere destreza. Una vez escurrida la carne y extendida sobre papel film aceitado, se despliega un relleno generoso que combina miga de pan remojada en huevo, queso rallado, bastones de zanahoria y tiras de pimentón rojo. El toque estructural lo aporta la gelatina sin sabor rehidratada, que junto con los huevos duros enteros distribuidos estratégicamente, garantiza que el arrollado mantenga su forma al cortarse. La cocción es lenta, cerca de hora y media en agua con verduras, para luego prensarlo muy bien en frío. El resultado es un plato que luce espectacular servido en rodajas frías, idealmente acompañado de hojas verdes.
Estrategias para un diciembre saludable
Sin embargo, la realidad de la época decembrina y las festividades suele venir acompañada de excesos. Angie Kalousek Ebrahimi, directora de medicina del estilo de vida en Blue Shield of California, advierte que celebrar no tiene por qué ser sinónimo de descuidar la salud. La experta propone una serie de tácticas para disfrutar de la comida sin culpa, empezando por una regla visual sencilla: la mitad del plato debe estar compuesta por vegetales, ya sean asados o crudos, para aportar fibra y color.
Kalousek sugiere realizar intercambios inteligentes en los ingredientes, como usar yogur griego en lugar de cremas agrias o sustituir el puré de papa por coliflor. Además, hace énfasis en la alimentación consciente, recomendando comer despacio y escuchar las señales de saciedad del cuerpo. La hidratación juega un papel crucial; alternar las bebidas festivas con agua ayuda a mantener la energía. Por último, si se asiste a una reunión, cocinar y llevar un plato nutritivo garantiza tener una opción saludable a la mano.
Nuevas propuestas para el menú
Para complementar los platos tradicionales como el matambre, existen opciones modernas y ligeras. El libro de cocina de Thrive Global, una colaboración con Blue Shield of California Promise Health Plan, ofrece alternativas diseñadas para el bienestar. Entre las recomendaciones favoritas para el invierno figuran la sopa de coliflor de otoño, los camotes con canela y nueces, o los rigatoni con cebollas caramelizadas.
Kristen Cerf, presidenta y directora ejecutiva de Blue Shield Promise, resalta que estos platos no solo nutren el cuerpo, sino que son perfectos para compartir con los seres queridos, cerrando así el círculo entre la tradición culinaria robusta y el cuidado necesario de la salud durante las fiestas.

