El Reino Unido se encuentra en el centro de una tormenta económica tras la decisión de la farmacéutica estadounidense Merck de cancelar la construcción de un nuevo y millonario centro de investigación en Londres. La noticia ha encendido las alarmas en la industria, donde un influyente gremio y un destacado científico advierten que el país está perdiendo su atractivo para la inversión en ciencias de la vida debido a un entorno empresarial cada vez más adverso.
La Decisión de Merck
El gigante farmacéutico Merck (conocido como MSD en Europa) anunció este miércoles la cancelación de su proyecto para construir un moderno centro de investigación cerca de la estación de Kings Cross, en el corazón de Londres. Las obras ya habían comenzado con una fecha de apertura prevista para 2027 y una inversión estimada de £1.000 millones.
En un comunicado, la compañía explicó que su decisión “refleja los desafíos de un Reino Unido que no ha logrado avances significativos para abordar la falta de inversión en la industria de las ciencias de la vida y la subvaloración general de los medicamentos y vacunas innovadoras por parte de los sucesivos gobiernos”. Esta medida también podría estar influenciada por la presión del presidente estadounidense Donald Trump, quien busca que más empresas manufactureras regresen a Estados Unidos.
Una Tendencia Preocupante
La retirada de Merck no es un hecho aislado y se suma a la creciente ansiedad en el sector. A principios de año, AstraZeneca, la mayor farmacéutica del país, también desechó sus planes de construir una nueva planta de vacunas en el Reino Unido. Estos eventos han puesto de relieve una disputa cada vez más tensa entre la industria y el gobierno por la política de precios de los medicamentos.
Según la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica (ABPI), esta situación ha provocado que el Reino Unido caiga drásticamente en el ranking de inversión extranjera directa para el sector, pasando del segundo lugar en 2017 al séptimo en 2023. “El Reino Unido está siendo cada vez más descartado como un lugar viable para la inversión farmacéutica”, sentenció el gremio.
La Advertencia de un Experto
Sir John Bell, un eminente científico que fue clave en la colaboración entre el gobierno y la industria durante el despliegue de la vacuna contra la COVID-19, lanzó una advertencia contundente. “Otras grandes compañías farmacéuticas dejarán de invertir en el Reino Unido”, afirmó en una entrevista con la BBC.
Bell, profesor Regius de Medicina en la Universidad de Oxford, reveló que ha conversado con los directores ejecutivos de varias multinacionales en los últimos seis meses, “y todos están en la misma posición: no van a realizar más inversiones en el Reino Unido”. Según él, la decisión de Merck “es una señal de algo que ha venido evolucionando, pero que ahora, creo, va a desencadenar una serie de eventos que significarán el fin de la inversión de la industria en el país”.
El Origen del Problema: Precios y Reembolsos
El núcleo del conflicto, según Bell y la industria, es el sistema de precios de los medicamentos del Servicio Nacional de Salud (NHS). Las negociaciones entre el gobierno y las farmacéuticas para renovar el esquema voluntario de precios y acceso fracasaron el mes pasado.
Bajo este esquema, las empresas deben devolver al NHS un porcentaje de sus ingresos por medicamentos de marca vendidos en el país. Actualmente, esta tasa de reembolso se sitúa entre el 23.5% y el 35.6%, una cifra considerablemente más alta que el 5.7% de Francia o el 7% de Alemania. Además, Bell señaló que hace una década, el Reino Unido destinaba el 15% de su gasto sanitario a productos farmacéuticos, mientras que ahora esa cifra ha caído al 9%, muy por debajo del promedio de entre 14% y 20% de los países de la OCDE.
La Respuesta del Gobierno
A pesar de las críticas, el gobierno británico defendió su historial. Un portavoz oficial declaró: “El Reino Unido se ha convertido en el lugar más atractivo del mundo para invertir”, citando una encuesta de Deloitte, aunque admitió que “sabemos que hay más trabajo por hacer”.
El gobierno recordó que ha comprometido £520 millones (703 millones de dólares) a un fondo de manufactura para atraer miles de millones en inversión privada. No obstante, reconoció que la noticia de Merck “será preocupante para los empleados”.
Para Bell, aunque el Reino Unido cuenta con “una ciencia académica excelente” y “grandes empresas de biotecnología”, el ecosistema no funcionará sin las grandes compañías. “Las grandes empresas necesitan operar en un sistema donde puedan vender sus productos, y si no pueden hacerlo aquí, se irán a hacer negocios a otro lugar”, concluyó.