El panorama cultural estadounidense se ve enriquecido en la actualidad por la obra de dos protagonistas excepcionales: la artista Shahzia Sikander, quien deslumbra en Washington D.C. con su propuesta visual, y el avance imponente del Museo Lucas de Arte Narrativo en Los Ángeles, que promete revolucionar la experiencia museística desde su concepción arquitectónica.

Shahzia Sikander: innovación y memoria en el Smithsonian

En el Smithsonian American Art Museum, la obra “The Last Post” de la artista paquistaní Shahzia Sikander atrae todas las miradas. Esta instalación de video animado, de diez minutos y acompañada por una banda sonora original, trasciende los límites de la pintura miniaturista indo-persa —tradición en la que Sikander se formó— para explorar, a través de narrativas audiovisuales, el impacto del colonialismo británico en Asia.

La artista, reconocida con la beca MacArthur en 2006, ha sabido evolucionar su lenguaje artístico, integrando elementos multimedia y colaborando con la compositora Du Yun. Juntas, en “The Last Post”, examinan críticamente la hegemonía de la Compañía Británica de las Indias Orientales y el comercio del opio en China, usando la música y la animación para sumergir al espectador en un relato intenso, tanto visual como históricamente.

Un nuevo hito en Los Ángeles: el Museo Lucas de Arte Narrativo

En paralelo a la innovación artística de Sikander, la ciudad de Los Ángeles vive la gestación de un proyecto arquitectónico sin precedentes: el Museo Lucas de Arte Narrativo. Diseñado por el estudio MAD bajo la dirección de Ma Yansong y promovido por el cineasta George Lucas, este espacio abrirá sus puertas en 2026 en Exposition Park, sobre un parque revitalizado y pensado para la convivencia ciudadana.

La estructura del museo se distingue por sus formas orgánicas y curvas, hechas con más de 1.500 paneles de polímero reforzado con fibra de vidrio, y un gran arco central de 56 metros que da acceso a una plaza pública. Su diseño permite que el edificio parezca flotar, apoyándose apenas en puntos estratégicos, y fue ideado para resistir los movimientos sísmicos propios de la región. Así, la construcción combina monumentalidad con ligereza, integrándose al entorno urbano y natural.

Un espacio pensado para las personas

El proyecto no solo innova en lo arquitectónico. El paisaje que rodea el museo está siendo transformado en un oasis verde por la paisajista Mia Lehrer, con más de 200 árboles y áreas caminables que invitan a la comunidad a apropiarse del espacio. La oferta interior también es inclusiva y diversa: galerías que abarcan más de 8.300 metros cuadrados, teatros, estudios educativos, biblioteca, restaurante, tienda y una terraza de eventos bajo el característico techo en forma de nube.

El poder de la narrativa visual

Tanto la obra de Sikander como el Museo Lucas apuestan por la narrativa visual como motor de diálogo cultural. La instalación de Sikander invita a reflexionar sobre la historia desde perspectivas contemporáneas, mientras que el museo en Los Ángeles albergará una colección que va desde ilustraciones de Norman Rockwell y obras de Frida Kahlo, hasta modelos y objetos de películas como Star Wars. Este enfoque transversal reafirma la idea de que contar historias, ya sea a través del arte, el cine o la arquitectura, sigue siendo fundamental para conectar generaciones y culturas.